martes, 29 de julio de 2014

El silencio del emperador, Hirohito, ¿Criminal de guerra?

Emperador Hirohito
El emperador de Japón, Hirohito, moría en el año 1989 a causa de un cáncer de duodeno, muchos periódicos británicos anunciaban su muerte como la muerte del hijo del diablo, la muerte de un criminal de guerra. Esto proporcionó una vuelta a la actualidad de los crímenes de guerra perpetrados por los japoneses durante las ocupaciones en otros países, la cuestión era si el emperador estaba manipulado por los dirigentes militares del momento o si, en cambio, el emperador tenía mucho más que ver de lo que en un principio se pensaba.

Hirohito, emperador de Japón, fue educado por importantes figuras militares. Hirohito se educó siguiendo los principios que sustentaban la Constitución Meiji de 1889. Constitución que tomó el modelo prusiano de la época, el primer ministro era responsable sólo ante el Emperador; la Dieta imperial se reunía sólo para aprobar asuntos económicos mientras que el ejercito estaba bajo el control directo y absoluto del monarca.

 Bajo su mandato se desarrolló la política expansiva del Japón, que le llevará a la guerra contra China en 1937 y a entrar en el Eje durante la II Guerra Mundial.Su papel en la guerra fue largamente discutido. Japón en su política de expansión, empleó un total de casi 4.000.000 de hombres. Además el emperador siguió como modelo a Adolf Hitler, dictador de Alemania en esos momentos. Japón, al igual que la Alemania nazi, soñaba con su propio "Lebensraum" (espacio vital). Por lo que se explica os principios que llevó a Japón a su expansionismo por el continente asiático.

Antes de lanzar Estados Unidos las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, se intentó negociar la paz con el emperador, quién no aceptó, el único interés del emperador era mantener el régimen del kokutai inalterado, es decir, seguir manteniendo su poder como emperador con poder absoluto.

En 1945 Japón estaba hecho un solar, un tercio de los japoneses se encontraba sin hogar, habían visto en primera persona como las bombas nucleares lanzadas en Hiroshima y Nagasaki eran unas impresionantes máquinas de destrucción, el transporte estaba paralizado, había carestía de alimentos, la industria nacional apenas existía ya, una gran inflación, un sentimiento de derrota y de humillación recorría el alma japonesa y por último el emperador ya no era visto como un ser sagrado, ya que el emperador para continuar en el poder fue obligado a confesar que era un humano más.

Esta renuncia al poder divino por parte del emperador se debió a una negociación del gobierno japonés con el general estadounidense Douglas Mac Arthur. Mac Arthur era un hombre sabio, buen publicitario que conocía el gran sentimiento de tradición que tenían los japoneses, sabía que si se tocaba la figura del emperador, la sociedad japonesa se trastocaba, por lo que tenía que defender la figura del emperador ante las acusaciones de su papel en la guerra.

MacArthur junto a Hirohito
Japón se encontraba ahora bajo la bota de EE.UU. Los americanos iban a conservar la estructura de la tradicional forma de gobierno japonesa, modificando la posición del emperador, como ya hemos dicho, el emperador ya no era un ser divino. Para evitar que el pueblo japonés se alborotara y reprendiera los errores de la guerra al emperador, los americanos junto al emperador iban a echar la culpa a los militares, los dirigentes que ya no estaban, el general Tojo, pasaría a ser el principal culpable. Siguiendo esta dinámica, MaArthur se echó unas fotos con el emperador, en las cuales se observaba a un Hirohito nervioso y bien vestido frente a un MacArthur, vestido de manera informal y con un aura de tranquilidad, parecía que ahora el emperador era MacArthur, para Hirohito, quién nunca quiso que se publicaran estas fotos, este suceso significaba un cambio radical en su imagen, una imagen cada vez más humanizada.

En estos momentos, el 70% de los estadounidenses creían que el emperador Hirohito era un sanguinario criminal de guerra por lo que pedían que pagara sus crímenes con su sangre, es decir, había una numerosa opinión pública favorable a que se ejecutara al emperador. MacArthur sabía que la figura del emperador era primordial para que la ocupación sobre Japón no encontrara problemas, sin el emperador se temía que surgiera una guerra de guerrillas. En un mensaje al presidente Eisenhower, MacArthur aseguró que el papel de Hirohito en la guerra había sido estrictamente ceremonial, se pintaba a Hirohito como un pacifista cautivo en su palacio, una víctima de una conspiración perpetrada por la jerarquía militar japonesa. Además Mac Arthur argumentó que matar al emperador supondría una gran responsabilidad administrativa por parte de EE.UU hacia Japón, le salía más rentable a EE.UU mantener al emperador y crear bajo su mandato una sociedad constitucional democrática a imagen y semejanza de los Estados Unidos.

Hideki Tojo
Aceptadas estas premisas se celebraron los juicios de Tokio contra los criminales de guerra japoneses, el
resultado fue que el primer ministro, Hideki Tojo, y otros seis miembros fueron juzgados y ejecutados. Hirohito se salvó a pesar de que en el juicio se presentó como prueba de la culpa de Hirohito, un documento escrito y firmado por el emperador que le vinculaba con crímenes de guerra, a pesar de existir esta prueba, nunca llegó a mencionarse. Además, según el testimonio del almirante Tojo durante el juicio, nada se hizo ni se podía hacer en Japón contra la voluntad del Emperador, afirmando que hasta la decisión de atacar Pearl Harbour dependió del emperador. Esto hizo que muchos países asiáticos vieran en estos juicios de Tokio una farsa para lavar la imagen del emperador japonés, dejando así un legado de mentiras que aún hoy en día hace difíciles las relaciones de Japón con otros países asiáticos.

El precio a pagar del emperador, era el de como ya hemos dicho, renunciar a su divinidad, establecer un sistema parlamentario en el cual la figura del emperador perdía mucha fuerza y guiar a su pueblo e iniciar una era de paz entre EE UU y Japon. Finalmente la firma de Paz en la ciudad de San Francisco en el año 1952, selló el purgatorio de Hirohito, el silencio ganó, y el perdón nunca salió de los labios del emperador.

BIBLIOGRAFÍA:
-DORÉ, Francis. Los regímenes políticos en Asia. Siglo veintiuno. 1997
-HANE, Missiko. Breve Historia de Japón. Alianza editorial. 2013
-HERBERT, Bix, Hirohito and the Making of Modern Japan. Londres, Duckworth, 2001.
-PYKE, Francis. Empires at war: A short History of Asia since II World War. I.B. Tauris. 2011.
-WHITNEY, John. El Imperio japonés. Siglo XXI. 2010

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